El 7 de abril es el Día Mundial de la Salud, este año se ha establecido como tema la frase “Mi salud, mi derecho”. Haciendo énfasis en defender el derecho de todos, en todas partes, a tener acceso a servicios de salud, educación e información.
En esta fecha resulta crucial visibilizar los desafíos que todavía afrontamos como país, en cuanto al acceso gratuito a la salud, especialmente para los grupos de poblaciones vulnerables y para personas que residen en regiones. En ese sentido, lograr una cobertura sanitaria universal debe ser una prioridad, pues esta busca garantizar que todas las personas puedan acceder a servicios de salud de calidad sin afrontar dificultades financieras.
En el 2020, vivimos una crisis mundial a raíz del COVID-19, donde se hizo aún más evidente la necesidad de reforzar los sistemas sanitarios y fomentar la resiliencia frente a las adversidades sanitarias. La estrategia más efectiva frente a la pandemia fue la vacunación, que en América Latina ha tenido gran éxito, debido a la alta tasa de mortalidad en la región. Prueba de la efectividad de las campañas, son las cifras; para 2022, la población vacunada por país alcanzó el 70%[1].
Buscando promover el logro de este objetivo, nuestro estudio realizó la llamada 5, una encuesta telefónica que indagaba sobre los efectos de la pandemia en los jóvenes que son parte de nuestro estudio. En esa oportunidad recolectamos datos importantes sobre el acceso a la vacunación, información sobre la pandemia y sus consecuencias inmediatas en su vida personal, el trabajo y sus estudios.
Durante la pandemia, encontramos que, aunque el acceso a programas de vacunación era bueno, había una importa desigualdad en la tasa de vacunados que provenían de hogares más pobres (54% en comparación con 72% en los hogares más acomodados). Las personas que viven en zonas rurales y cuya lengua materna no es el español también presentan menos probabilidades de estar vacunadas.[2]
En el caso específico del COVID-19, estos hallazgos, nos ayudaron a visibilizar el progreso de las campañas de vacunación, pues era urgente aumentar la cifra de vacunados y llegar a todas las poblaciones del Perú. Hoy en día, después de haber pasado la emergencia sanitaria por el COVID-19, sabemos que las estrategias de vacunación son importantes, y deben mantenerse como prioridad para prevenir otras pandemias. Sin embargo, también debemos precisar que existen temas como la planificación familiar, la integración de la salud reproductiva en las estrategias de programas nacionales y la reducción de la mortalidad materna, representan una agenda pendiente hacia el objetivo por lograr el acceso a la salud universal y de calidad.
[1] Más información https://www.rtve.es/noticias/20230313/vacuna-coronavirus-mundo/2073422.shtml
[2] Sánchez, A., Lopéz, J., Ford, K., Cueto, S., Curi, K. y Penny, M. (2022). Principales Resultados de la encuesta telefónica COVID-19: Escuchando a los Niños del Milenio. Boletín de Políticas Públicas 12.